Una cosa es segura. Nuestro hijo pasó la mayor parte de 12 meses atormentando sus curvas de glucosa en sangre con despreocupación y procrastinación. ¿Tenía esto algo que ver con su edad? Mi sensación como padre es que hemos pasado por una crisis ligada a la adolescencia. ¡Y que la adolescencia con diabetes tipo 1 se agrava!
Cuidar de nuestro hijo se complica y se convierte en vigilancia a pesar mío.
Me sentí terriblemente impotente ante su actitud y sus consecuencias. Por ejemplo, la hiperglucemia crónica, debida en la mayoría de los casos a un cálculo erróneo de los hidratos de carbono, al hecho de que el paciente desplaza sus bolos porque esconde sus inyecciones, o al hecho de que no controla muy de cerca sus niveles de azúcar en sangre. Y, sobre todo, está su indiferencia. Tras varios resultados inequívocos de la HbA1c, ¿ha llegado al final de su experimento para dejar de controlar la diabetes?
Al gimnasio
El confinamiento le brindó la oportunidad de empezar a hacer pesas. Habíamos conseguido encontrarle las pocas mancuernas que quedaban, y una goma elástica y una silla completaban su equipo. Todos los días se desahogaba, solo en su habitación.
Entonces se sintió decepcionado por la falta de resultados visibles que esperaba. Controlar sus niveles de azúcar en sangre seguía siendo una preocupación secundaria.
Le animamos a que siguiera esforzándose por fortalecer los músculos, lo que también era beneficioso para sus sesiones de surf y monopatín. Pero el hecho es que le faltaba algo para encontrar su equilibrio.
¿Algo o alguien?
Para él, ¡el apoyo fue una respuesta a sus expectativas! El gimnasio se ha convertido en su lugar de refugio, constructivo por cierto, y algo que le da confianza en sí mismo y le empuja a mejorar. El entrenador in situ se ha convertido en un modelo adulto positivo en su desarrollo.
¡Qué agradecida está mi madre! Franck, el entrenador, guía sus esfuerzos y estructura las etapas. Esboza los objetivos y propone los medios para alcanzarlos. Ha moldeado profundamente la voluntad de nuestro hijo y le ha llevado a implicarse en su propio bienestar.
Esta buena voluntad se extendió naturalmente a la gestión de sus niveles de azúcar en sangre, para que pudiera sentirse mejor y estar en su mejor momento. Para no penalizar la hipoglucemia. Para dar a su cuerpo las mejores condiciones posibles.
Sus motivaciones para construir músculo son obviamente muy específicas 17 años de edad, adulto joven, la ganancia de masa y la apariencia visible de su musculatura. Sus cálculos de hidratos de carbono, por ejemplo, van unidos a sus dosis de proteínas. ¡Me viene bien!
Marion, de diab’n fit, es entrenadora deportiva y diabética de tipo 1. Su conocimiento de nuestras limitaciones es una ventaja que comparte generosamente en las redes sociales.
Reconozco que necesitaba participar a mi manera en el desarrollo deportivo de mi Loulou.
La lectura de la guía de Marion fue un momento especial entre madre e hijo.
Puede descargarse gratuitamente su guía desde su sitio web.
La experiencia de Marion aborda de forma muy concreta el contexto y las cuestiones que nos conciernen a todos. Proporciona armas y, sobre todo, ¡motivación para eliminar los obstáculos psicológicos!
Marion también ofrece apoyo personalizado, algo que estoy considerando, ya que la diabetes es sin duda un factor adicional que requiere un conocimiento profundo. Y no quiero privarnos de su experiencia en este campo.
Si tienes alguna reserva psicológica a la hora de iniciarte en este deporte, ¡una visita a la cuenta de instagram o FB de Gisèle durante una sesión de boxeo te ayudará a relajarte! Es un soplo de aire fresco y una nueva perspectiva de los límites. Con una bomba y un sensor que se ponen a prueba.
Página de Facebook de Belleza y Diabetes
Así que hoy puedo decir que sí, que el deporte es una respuesta.
Sí, compartir es motivador, ¡y entrenar es enriquecedor!
Es mi opinión como madre de un adolescente dt1 al que he visto florecer gracias al culturismo.
Ánimo a los padres que estamos pasando por estos momentos cruciales en la vida de nuestros hijos dt1.
Gracias Franck, gracias Marion, gracias Gisèle y gracias Teiva.
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