La diabetes es una de las enfermedades enfermedades reconocidas.

Podría ser una ventaja en un CV.

Según nuestro chico, los niveles en juegos de estrategia como “Clash of Clans” se valoran en los currículos porque reflejan la capacidad de gestión de un jugador. Controlar la diabetes es una ventaja incomparable, porque lo que está en juego no es virtual, ¡es la vida real! #IRL

Y esta complejidad cotidiana, la multitud de cálculos, decisiones y acciones, genera inevitablemente errores… ¡Claro, somos humanos!

En cuatro años de diabetes tipo 1, hemos experimentado una gran variedad de errores.

He aquí una pequeña selección:

  • Un sábado por la tarde, a las 18.30, nuestro hijo tuvo una corazonada y fue a comprobar su suministro de insulina, sólo para descubrir…

“¡No queda ninguno!
– ¿Seguro?
– ¡¡¡¡Sí !!!!
– ¡Papá Glours! ¡No queda insulina! ¿Qué hora es? Uf, la farmacia sigue abierta. ¡Adelante!
– ¿La receta?
– Está donde debe estar”.

En resumen, fue un momento de gran pánico, que afortunadamente acabó bien, pero que nos marcó durante varios meses. Ahora revisamos su equipo cada tres días 😉

Cometimos el mismo error con los sensores que con las agujas…

Cuando digo que la gestión de existencias es una verdadera habilidad, no exagero.

Le-presentoir-a-Lantus
  • 9pm … nuestro Pooh ha programado su alarma para la inyección de su LANTUS.

Se las arregla solo en su cama antes de unirse a nosotros entre lágrimas.

¡Se inyectó 22 unidades de NOVORAPID en lugar de su LANTUS! Estamos petrificados por la noticia. Tranquilo por fuera, tormentoso por dentro… Le tranquilizamos: “Estarás bien, estamos aquí para ti”. En realidad, estamos petrificados.

Zumo de manzana con azúcar lento… Mucho… Para compensar toda esa insulina, ¡que es tan eficaz!

Es doloroso verle, cansado, masticar y tragar tostadas con miel para combinar la ingesta de azúcares rápidos y lentos.

Mi valiente niña, ¡te hemos estado vigilando toda la noche con un lector en nuestras manos! Esa noche, volviste a ser nuestro pequeño.

Esta experiencia inspiró a nuestro creativo adolescente a diseñar y construir su propio “expositor Lantus”.

  • “No sé si me he puesto la insulina…”.

Como nuestro osito no siempre retira la aguja que acaba de utilizar (a menudo la dobla y la deja sobre el bolígrafo), a veces se confunde… Entonces intentamos recordar su nivel de azúcar en sangre y el número de unidades que ha elegido para inyectarse, pero nada es seguro… ¡Así que nuestro instinto natural entra en acción! ¡Lo huelo como una madre osa y el olor de la insulina me “dirá” el resto! Siempre hemos resuelto esta situación utilizando nuestro principal sentido del olfato. Esto no significa que no debamos comprobar nuestros niveles de azúcar después de la comida, por supuesto.

  • Hora de cenar

Un caldo de enfermedades invernales se cuece a fuego lento en la escuela, en el trabajo y en el pueblo… Dextro, insulina, cena… ¡y luego un virus estomacal! Nuestro hijo -que treinta minutos antes no tenía ningún síntoma- acaba de entregar toda la cena. ¿Cómo es posible? Ahora se encuentra en estado febril y, una vez más, tiene que compensar la insulina que acaba de inyectarse. En este caso concreto, preferimos Coca-Cola como edulcorante. En nuestro país, es la bebida oficial para tratar la gastroenteritis. Siempre guardamos una botellita de Coca-Cola terapéutica de reserva. Obviamente va a ser una mala noche de sueño, ya que no mantiene los azúcares lentos, pero lo superaremos, ¡como siempre! No tenemos elección.

Ahí lo tienen… la lista no es exhaustiva y sin duda se añadirán otros errores, porque somos una familia espontánea con un adolescente diabético de tipo 1, no un modelo de laboratorio ni el objeto de un protocolo. Nos esforzamos sincera y sencillamente por hacerlo lo mejor posible.

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